No sin mis tapas


A la hora de elegir cómo queremos encuadernar nuestro libro, muchas veces dudamos de qué tipo de tapas es el más adecuado y nos liamos con sus nombres, por lo que pretendo aquí ofreceros una rápida guía para orientarnos en este terreno.

 

La encuadernación más tradicional es la de tapa dura o cartoné, que consiste en unas láminas de cartón que se forran con papel impreso o con otro material (telas, guaflex, etc.) y que se unen al cuerpo del libro (lo que se conoce como la tripa) mediante las guardas. Los distintos pliegos (cuadernillos de varias páginas) que forman el cuerpo del libro suelen ir cosidos entre sí en este tipo de encuadernación, pero también es posible fresarlos y encolarlos. El lomo del libro puede ser recto o redondo. Con frecuencia, estos libros llevan una sobrecubierta con solapas.


 Encuadernaciones de tapa dura: arriba, cosida y con lomo recto; abajo, encolada y con lomo redondo.

 

La encuadernación en rústica o de tapa blanda consiste en una cartulina impresa (de unos 300 g/m2) que envuelve el cuerpo del libro y que se une a este con cola. Las tripas también pueden ir cosidas o encoladas, como en la encuadernación de tapa dura. Antiguamente, las colas que se utilizaban perdían felixibilidad con el paso de los años y las páginas del libro se soltaban, pero en la actualidad no existe ese problema y se pueden encolar libros de hasta 4 cm de lomo sin problemas. La cubierta puede llevar solapas para que tenga más consistencia o por si es necesario añadir información del autor o de otros libros de la colección.

 

Encuadernaciones en rústica o tapa blanda: arriba, encolada y con solapas; abajo, cosida.

 

Por último, tendríamos otros dos tipos de encuadernaciones menos habituales en los libros: la grapada y en espiral o wire-o. En la grapada, como su nombre indica, las distintas páginas (siempre múltiplos de 4) y la cubierta se unen mediante dos grapas situadas en el lomo. También se conoce como grapado a caballete. Está indicada para folletos, revistas, etc., de hasta 36 páginas. La encuadernación en espiral (o con gusanillo) utiliza un alambre que une las distintas páginas y cubiertas. Si es doble, hablamos de wire-o. Este último es más resistente y permite que, al abrir la publicación, las páginas queden totalmente alineadas, frente a la encuadernación en espiral, donde una página siempre queda un poco más alta que la otra. Las tapas de estas encuadernaciones puede ser de distintos grosores.

 

Otras encuadernaciones: de arriba abajo, wire-o, espiral y grapada.

 

Si queréis ver con más detalle otros ejemplos, os recomiendo este vídeo de nuestros colegas de La Imprenta CG:

 

 

Llegados a este punto, ¿con qué tapas te quedas?

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