¿QUÉ LE PODEMOS PEDIR A UN CORRECTOR PROFESIONAL? O una más de las que no detecta Word


Uno de los últimos trabajos realizados en Communico fue la traducción al castellano y corrección de traducción del subtitulado de unos vídeos de cocina en lengua catalana. Aunque el texto ya lo teníamos, y podíamos simplemente haberlo traducido, fuimos visionando los vídeos para asegurar la transcripción, además de que en ocasiones era necesario saber el contexto, ver quién hablaba para entender el texto y asegurar la traducción.

En uno de ellos, hablando de una harina de trigo, la protagonista decía que se empleaba para hacer varias masas, “com en el cas de les creps o les galetes bretones”. Una traducción rápida nos llevó a escribir “como en el caso de las crepes o las galletas bretonas”, pero en la revisión nos dimos cuenta de que no se refería a galletas (esas masas dulces que normalmente mojamos en la leche), sino a galettes (unas masas similares a las crepes, saladas, que se rellenan de queso, jamón cocido, etc., muy populares en Bretaña), con lo que rectificamos.



Fuente: http://saborgourmet.com.

Este caso, aparentemente menor, nos puede servir para plantearnos una serie de interrogantes sobre nuestra profesión. El primero de ellos sería si un traductor automático, o si el Word, hubiera detectado el error; evidentemente, no. Quizá tampoco una persona que no conozca las galettes lo hubiera subsanado, por lo que nos planteamos ahora qué conocimientos o qué aptitudes debe tener un corrector/traductor. Obviamente, tiene que poseer un conocimiento exhaustivo de las lenguas con las que trabaja, pero también debe tener un conocimiento del mundo, global, sobre distintos temas (de ahí que lo habitual en los traductores sea que se especialicen en determinadas temáticas). Cuando los alumnos que vienen a hacer prácticas en Communico nos preguntan cómo seguir formándose para esta tarea, es difícil aconsejarles un camino concreto. Deben iniciarse en el campo de la edición, saber cómo se maquetan los textos, conocer el proceso editorial, etc., pero ¿cómo aprender todas las cosas que solo la experiencia, y la edad, te aportan?

Por último, creemos que resulta fundamental la aptitud del corrector, que mantenga un espíritu crítico, de duda constante, que investigue sobre lo que está leyendo. Pero, desgraciadamente, esto no siempre es posible por los plazos tan ajustados a los que tenemos que trabajar y con un presupuesto reducido cada vez más.

Esperamos que con estas líneas hayáis entendido un poquito más nuestra profesión y nos gustaría algún comentario al respecto.

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